viernes, 13 de mayo de 2011

De poder a poder

por David Faitelson



Pumas y Chivas son dos estilos de trabajo y hasta formas de vida que pueden servir de ejemplo para el resto de las instituciones en el fútbol mexicano. Un duelo de canteras, de historia, donde se puede estar de acuerdo o no, pero donde la apuesta por la juventud terina siendo el denominador en común. Pero si tengo que tomar la difícil decisión de escoger una, me quedo con los campos rojiblancos...
LOS ANGELES -- Algunos le han llamado una "guerra de trincheras" o tal vez una batalla de canteras. El presidente de Chivas fue el primero en lanzar el dardo, pero Mario Trejo, director deportivo de Pumas, no respondió al primer enganche y dijo que aunque respeta lo que Chivas es y ha sido en cuanto a la producción de jugadores, ellos, los Pumas, tienen su propia forma de hacer las cosas.
De poder a poder, dos choques de trenes que van de frente, que saben lo que buscan y lo que quiere. Me queda claro que mientras otras instituciones copien la manera de trabajar de Chivas y de Pumas, las cosas serán diferentes en el futuro para el fútbol mexicano.
Por lo pronto hay algunas cuestiones que me quedan claras, si tengo que escoger a una de las dos respetables instituciones que está por poner en marcha la ronda de la semifinales del fútbol mexicano.
Como si fuese una de sus famosos cortes a la altura de la rodilla sobre la plancha del quirófano, el médico cirujano Rafael Ortega fue el único que levantó la voz para calentar el duelo. Y lo hizo enalteciendo el orgullo de un equipo que históricamente saltará mañana con 11 canteranos en la cancha, 11 jugadores mexicanos, hechos y producidos en casa, trabajados, desarrollados, con paciencia, con tiempo, con desesperación, con ahínco, con sufrimiento, con esmero y con cuidado bajo la marca de un club llamado Chivas. No lo llegamos a entender, a visualizar, a captar porque nos parece algo común y corriente, porque hemos perdido la capacidad de asombro por un tema al que casi todos los equipos de futbol en México renuncian o se esconden, cuando esa precisamente sería la solución para muchos de los problemas que nos aquejan.
Chivas ha aguantado, contra viento y marea, las críticas, los fracasos, los momentos donde la olla parece explotar y hoy se da el lujo de presentar un equipo con el promedio de edad más bajo del fútbol mexicano, con la alegría propia de su marca, con un estilo singular y con un fútbol que inclusive en estos tiempos alcanza para divertir.
La tan a veces martirizada y vituperada época Vergara le ha dado al club una línea clara de trabajo: Cierre de fronteras, no más refuerzos, no más pérdidas de dinero o de tiempo cuando el secreto está en las fuerzas básicas. En este periodo, el equipo ha debutado a 43 jugadores, 21 de los cuales se mantienen en el plantel mientras que otros, como un tal Javier Chicharito Hernández riegan la grandeza de la institución por otros tipos de lares y de niveles futbolísticos. Chivas es, además, el vigente campeón sub15 y subcampeón sub17 y tuvo tiempo, en ese periodo, de darle un casa, un bellísimo estadio para sus aficionados.
Hay un dato más que mide la madurez que ha encontrado la institución: El mes próximo, José Luis Real se convertiría en el técnico más longevo de Chivas en la era Vergara, con 19 meses ininterrumpidos, señal inequívoca de que el dueño ha comprendido que el trabajo con los jóvenes requiere continuidad y sobre todo tranquilidad ante todo.
Chivas hace bien en presumir lo que tiene, lo que es suyo y lo que es una realidad palpable y tangible. Los demás deberían aprender del trabajo del Guadalajara, de la confianza en los jóvenes y del valor de jugársela con lo que se produce en casa. Chivas puede perder o ganarle a Pumas, pero lo hará con honor y con orgullo, el orgullo de jugar con lo que producen sus campos rojiblancos.

Tomado de ESPN

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