martes, 15 de marzo de 2011

Dime qué quieres y te diré de qué tamaño los tienes

El Payaso Tenebrozo no quita el dedo del renglón; quiere que la sociedad despierte de su letargo. Pero más allá de eso, invita a la acción y lo hace con su particular estilo chacotero.



A ver, mis chamacos íncubos y mis niñas súcubas. Desháganse del miedo que me los paraliza y métanse con su servilleta al mundo de lo desconocido. Asomémonos en bonche al abismo del misterio, y clavemos nuestras patas temblorosas en la frontera que divide al alma del cuerpo. Las preguntas nos atraviesan como viento helado que raja como la navaja, y las respuestas nos brotan lentas de cualquier orificio en formas chayotáceas. ¿De verdad existe el hilo negro? ¿Es el agua tibia una neta confirmada? ¿Te cái de madre que hasta el último minuto dura 60 segundos? ¿Está confirmado que esto no se acaba hasta que se acaba? ¿Quién se atreve a negar que a quien obra mal, se le pudre su tamal? ¿Miente quien asegura que el 90% de las familias se fundan a partir de la promesa: “la puntita nada más”?
Han de pensar ustedes que el pinche payaso nomás los anda cabuleando con la baba del perico, y que cualquier hijo de suchi sabría que las respuestas son tan obvias que hasta insultan su preclara lucidez.

A toda madre. Ahora estando en el mismísimo limbo donde arrancamos, nos caen del cielo como lanzas estas otras preguntas que sólo ustedes y su sombra tendrán que masticar. ¿Está comprobado que quien no vive del erario, vive en el error? ¿Es en serio que quien se mueve, no sale en la foto? ¿Quién es el guapo que niega que aquel que no transa, no avanza? ¿Alguno de ustedes pondrá en duda que un político pobre, es un pobre político? ¿Hay entre los finísimos lectores, uno solo que no haya presumido de tener a un compadre bien palancas, un cuatote que las puede, o un primo de un amigo que hasta un pedote ya se puso con el chingón de los chingones? ¿Nada les dice la frase: “¿Y yo por qué?” O aquella otra de: “¡Yo jamás usé el término guerra!”? ¿Les suena el terminajo “daños colaterales”?
¡Ahh, verdad! Aquí ya cambia la cosa, ¿no? Las respuestas son igual de evidentes pero ya nos calientan el buche. Preguntitas comunes que contestamos con una sonrisa en la trompa, mientras se nos frunce el cutis. Son las aberraciones que nosotros hemos tolerado y que aunque se nos rasgue el tallo, acabaron convirtiéndose en otro hábito más. Sabemos que todo el agandalle es la cruz de nuestra historia y nos consta que la grilla empoderada existe, y que se alza el cuello, la barriga, la braga y la bragueta gracias a la feria que sudamos con uno y la mitad de otro (léase ovarios o huevos).

A toda madre. Ahora que ya superamos dignamente las primeras dos etapas de este “Cuestionario de pendejadas pa’l ciudadano en ciernes”, llegamos a las preguntas que no quisiéramos formular nunca, pa’ evitarnos ese dolor agudo que provoca la puñetera verdad. Las cuestiones preguntadas en las dos primeras fases ya corresponden al pasado y ahí mero deberán permanecer. Los que deben salirse del pasado son ustedes mis carnavales, que ya no hacen juego con el pútrido ayer. Tienen que abandonar el confort que provoca el dolor al cual ya son adictos, pa’ curtirse con las nuevas chinguitas que impone vivir en el tiempo real. Se van a espantar de entrada, pero así de inciertos resultan los primeros pasos voluntarios después de haber sido zombies toda su prángana vida. ¡Atentos! ¿Quién representa los intereses de tu comunidad, y cuánto cobra? ¿Quién juró defender las garantías a las que tienes derecho nomás por haber nacido? ¿Sabes quienes convirtieron a la ley en piruja, pa’ que sólo se aplique si sueltas cash? ¿Por qué mantienes usureros que se doblan ante los miles de millones, y que se yerguen vanidosos ante los hambreados que aplaudirán su discurso y caridad? ¿Estás listo para poner a los buitres en su lugar? ¿Te sobran tompeates pa’ recuperar el alma secuestrada de tu país? ¿Hasta dónde te rifarías para evitarle a tus chamacos el yugo de la mediocridad? ¿Crees tener el temple para ser uno con todos, buscando el sueño mariguano de la dignidad? ¿Por quién darías la vida sin pestañear? ¿Te la jugarías cabrón por México, o piensas que con un poco de paciencia y Dios mediante, todo mejorará? ¡ÓRALE

Escrito por Brozo a qui http://www.playboy.com.mx

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