miércoles, 24 de agosto de 2011

De Futbol, Balazos y Pendejos.

Reforzarán la seguridad en los estadios de fútbol después de la balacera en Torreón. Eso sí: no esperes que hagan lo mismo en tu calle o en tu colonia. Tú no eres tan importante como un partido de fútbol. Entiéndelo. No generas ese dinero. Los pocos impuestos que pudieras estar pagando no te garantizan una vida tranquila y plena.

Tú estás aquí para partirte el lomo y gastar lo poco que ganas en esos juegos de pelota. Y así como tú hay muchos. Y así como muchas personas inteligentes harían la diferencia, muchos enajenados son los que producen las jugosas ganancias que impiden ese cambio. Por eso, si es necesario poner policías, militares, guerreros medievales y hasta un dragón en los partidos de fut, lo harán con tal de que vayas con la otra bola de alienados a seguir tirando tu dinero sin temor a que te maten. Pero que te quede bien claro que no lo hacen porque les importes tú o tu familia o tu seguridad o el deporte: lo hacen porque les importa no ver mermadas sus ganancias.

Lo peor para ellos sería que de repente pensaras y dejaras de ir a ese pseudo espectáculo deportivo y dejaras de poner en tu Facebook: “Vamos por 3 goles, mis Tigres” o en tu Twitter: “Vamos a dar todo en la cancha, Rayados”. Pero saben que eso nunca va a suceder mientras te den más fútbol.

Saben que es más fácil que se pongan de acuerdo 45 mil personas para ir a ver un partido de soccer a que 100 personas tengan los suficientes huevos para dejar de ir en protesta para exigir vivir en paz. Saben que aunque esos 45 mil individuos se manifestaran con pancartas frente a palacio de gobierno, no los escucharán. Les pondrían atención y tal vez los escuchen el día en que esos 45 mil dejen de ir a un estadio y hagan saber las razones por las que ya no van.

¿Algunas vez has visto o sabido que le roben el coche a un jugador de fútbol famoso; o que se roben algún camión de Carta Blanca, de la Coca Cola, de la leche Lala, de Bimbo, de Televisa, de TV Azteca? Sin embargo a cada rato escuchas que le robaron el coche a un amigo, que le quitaron su negocio a una tía, que le quitaron su casa a un primo, que dejaron en la calle a un conocido. Esto es porque tú no les importas. Mientras a los poderosos no les pase eso, nada va a cambiar. Mientras les sigas entregando tu dinero, nada va a cambiar.

Por eso recemos por que haya más sucesos violentos en los estadios de fútbol. Que se recrudezcan las balaceras para que la gente deje de ir aunque los pinches jugadores salgan con sus mamadas de que “la afición debe de estar unida y no se debe dejar amedrentar” y bla bla blaaa. Eso lo dicen porque tienen miedo de perder sus privilegios. Privilegios que tú les das. Sólo pegándole a los dueños del dinero y a los enajenadores de masas nos van a escuchar. Dejen que haya más atentados y que la gente deje de ir por miedo a los estadios y que dejen de tener su ganancias millonarias las refresqueras, las televisoras y las cerveceras, y van a ver cómo se ponen las pilas las autoridades. Así como se las están poniendo con el sector turístico (echando un chingo de mentira y promoviendo imágenes de un país que no existe), así se las pondrán para todo.

Recuérdalo: tú no les importas. Mientras les des tu dinero, no les importas. Al único que deberías de importarle, es a ti mismo. Ya desapendéjate, por favor. No te pierdes de nada con dejar de seguir a un equipo de fútbol. No va a pasar nada nuevo. Es una monotonía que tú mismo te has creado que no te hace mejor persona y sí te degrada a niveles de bruto. Deja de ir y le harás mucho bien a ese país que tanto dices amar; ese país que está en manos de estas empresas criminales. Deja de ir y ahí sí se van a cagar. Ahí sí los vas a hacer temblar. Ahí sí se van a poner a jalar parejo para todos. Ya desapendéjate. Deja de venerar los colores de una camiseta a la que no le debes nada y deja ya de coger a lo pendejo para no seguir trayendo niños que “hereden tu pasión por un equipo”. Ya córtales la chichi para que dejen de mamarse. Sólo tú puedes hacerlo… siempre y cuando te desapendejes.



Tomado de Guffo.